De la necesidad de conocimiento

La verdad es que desconozco hasta qué punto un ser humano es capaz de llegar a reducir sus habilidades intelectuales de manera espontánea. Lo he comentado alguna vez y no me cansaré de repetirlo: la gente cuando llama a un servicio técnico (por extensión, a cualquier servicio telefónico), en un alto porcentaje se comporta como si fuese un niño... pero niño, niño.

Usuario: "Tengo un problema con el router de ustedes"
RC (pensando): "Y yo me huelo que tendré uno contigo y no me quejo"
RC: "¿Qué le sucede exactamente?"
Usuario: "Este ordenador que tengo es un portátil y lo tenía inalámbricamente, y ahora por cable no me funciona"
RC: "¿El cable de red está bien conectado?"
Usuario: "Todavía no lo he puesto"
RC (pensando): "¡¿?! Igual es un problema oye..."

No está mal que el mismo día me pase que...

RC: "¿Qué le sucede exactamente?"
Usuario: "Tengo un problema con la conexión... bueno no, con Internet"
RC (pensando): "¿Y a mi qué me cuentas? La vida es injusta"

Y que además me llegue otra que...

Usuaria: "Es que me enviaron la contraseña para el antivirus pero no me ha llegado, y además tampoco tengo Internet"
RC: "¿Y como ha comprobado que no le ha llegado la contraseña al correo si no tiene conexión?"
Usuaria: "...Muy agudo... porque lo que no me va es el navegador, pero el pgc sí que me funciona"
RC: "Entonces sí tendrá conexión pero será fallo de la configuración del navegador..."
Usuaria: "...sí, aunque siempre me llegan un montón de correos todos los días y hoy no me ha entrado ninguno"
RC (pensando): "¿Y el cartero no llama siempre dos veces?"